Narayama es una pequeña aldea japonesa en la que la vida fluye de manera natural, en esta película podemos apreciar la manera en como una comunidad vive y convive con los impulsos de vida y muerte; eros y tánatos se confunden en una sociedad que ve y entiende la manera natural del como fluye su día a día.
Ta pareciera que sin muchas complicaciones los habitantes de esa aldea entienden como son las cosas, relaciones sexuales, alimentación, organización social, política y por último la muerte. Esta se podría dar de varias maneras, pero la mejor, la más sublime y sagrada es cuando una persona de manera consciente y voluntaria asiste a la montaña de Narayama con la ayuda de su hijo y en donde, en medio de un valle de esqueletos y hermosos paisajes, esperará paciente la muerte. Lo indigno sería que la muerte te encuentre en tu casa, enfermo o sin esperarla, lo mejor dentro de esas sociedad es cuando alguien prepara su partida y reúne a una comunidad de viejos consejeros que le dicen entre ofrendas de Sake como es que debe llegar hasta ese valle, por donde es que tendrá que dirigirse y más aún, lo que puede y no puede hacer.
Encuentro muchas similitudes en ese proceso ceremonioso de la muerte con algunas otras culturas, por ejemplo en el libro de la vida y la muerte del Tíbet hablan sobre la necesidad de tener a alguien cerca que te encamine a la muerte, que guíe y de paz, lo mismo que hace la pareja protagonista de la cinta. De la misma manera se muestran dos procesos de la muerte en la montaña de Narayama: uno cuando la anciana de manera consiente desea y espera la muerte en medio de la paz plena de la meditación, y otro de un anciano que en medio del miedo y la desesperación por no aceptar su momento, es obligado y empujado por su hijo de manera dramática al mismo fin. Ambas son reacciones humanas ante lo desconocido, por un lado en una aceptación total en donde se ve a la muerte como un encuentro con los Dioses de la montaña, la otra como un desesperado afán de aferrarse a la vida, reacción que en nuestro contexto occidental se traduciría como ganas de vivir.
Otro mensaje que se maneja son las reacciones humanas, resultado de lo que se podría entender como los sentimientos universales de miedo, enojo, placer, etc. De los que los mismos habitantes con una cultura diferente no están exentos de experimentar cuando tienen a la muerte cerca.
La película es muy gráfica, la fotografía muestra cómo se da la vida también entre personas y animales, y como estos de igual manera conviven sin ningún tipo de miedo o restricción entre los habitantes de la aldea. Este mensaje no es fortuito, pues maneja un mensaje de que la vida fluye en todas partes para todas partes, y de la misma manera, la muerte.
Finalmente las canciones que la comunidad interpreta son un fuerte mensaje dentro de como la comunidad entiende la vida y la muerte, todo está plagado de significados que van creando la realidad de los habitantes, y este tiene su punto culminante cuando la anciana matriarca de la familia recibe la muerte en medio de una gran nevada que es augurio de una buena muerte sin sufrimiento que hace feliz al Dios de la montaña de Narayama mientras su hijo, quien fue el encargado de haberla ayudado a llegar hasta ese lugar, se aleja. Este momento es para mi el sublime, es una despedida , es el anuncio de una perdida, es el titubeo del alma humana reflejada en el miedo del hijo, que se regresa a entregar una prenda a su madre para que ésta no tenga frío, y es ella misma quien le dice que se valla, que no la avergüence viéndolo llorar por ella. La anciana esta feliz, la anciana esta en el lugar que quiere, en el momento preciso de su vida.



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